El jueves pasado el Photobook Club Murcia siguió creciendo con nuevas voces y aportaciones. En una sesión que se caracterizó por una dinámica del todo participativa, contamos con dos autores que presentaron sus últimos trabajos en formato libro: Julia Lomo y David Flores.
David nos estuvo contando las dificultades que conlleva editar un libro y que todo salga bien; así como la forma en que creció su proyecto, desde un libro fotográfico al uso, hasta lo que finalmente ha sido: un libro con fotografías de archivo, fotos de su entorno y fragmentos de sus anárquicos diarios que confluyen en la narrativa propia y distintiva de Diario.
Julia, con La Casa Esquina, explora en los recuerdos encerrados en la casa de su infancia, sus abuelos, familia... a través de pequeños retazos y rincones para evocar una nostalgia de lo que fue y que, de algún modo sigue siendo. Un proyecto que, sorprendentemente, comparte geografías con el Me acuerdo de Juan Santos.
Por lo demás, nos sorprendió gratamente la edición de la revista nº 2 de Veintitrés: Cruces. El amigo Néstor se trajo un raro (para nosotros) ejemplar argentino de Las aventuras de Guille y Belinda y el enigmático significado de sus sueños, de Alessandra Sanguinetti. Y soñando llegamos hasta El domador de sueños, de Enric Montes, que nos trajo nuestro buen amigo Paco. De la mano de Blanca conocimos a Katharina Mayer, una interesante artista multidisciplinar alemana, de la que es necesario tirar de traductor para enterarse de algo (todo en alemán). Conocimos el recientísimo trabajo del jovencísimo Ignacio Navas, Linde y nos sumergimos en otro Hellsinki de la mano de Eloi Gimeno. La guinda la pusieron Pepa y Gustavo con el clásico Immediate Family, de Sally Mann y la segunda edición del fantástico Redheaded Peckerwood de Christian Patterson.
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